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Entre la Tradición y la Innovación: El Guzheng (古筝)

Actualizado: 7 mar

Por Daniel Félix González

Publicado el 06/03/2024



La tradición musical china siempre ha estado estrechamente ligada a su filosofía. La expresión artística se ve irremediablemente vinculada al pensamiento humano y, en mayor o menor medida, los conceptos arraigados en la mente de las personas acaban permeando en la música.

Como ya se presentó en mi anterior artículo[1], el Guqin (古琴) ocupa un lugar único en la cultura china. A través de su extensa historia fue fuertemente identificado con el refinamiento y buen gusto aristocráticos, llegando a convertirse en un símbolo de los valores del Confucianismo.

Sin embargo, en oposición a la hegemonía de aquella tradición erudita, surgió de forma natural un arte libre de rígidos protocolos orientado directamente a conectar con la emoción. En el contexto de esta expresión musical alternativa, capaz de ir más allá de los límites establecidos, se favoreció la aparición de otro instrumento imprescindible en la cultura china, el Guzheng (古筝).


Altas montañas y agua fluyendo


Antes de adentrarnos en más detalles, conviene conocer qué entendemos por Guzheng (古筝). La descripción más acertada para este instrumento de cuerda pulsada podría ser la de una cítara tradicional china de gran longitud, compuesta por una poderosa caja de resonancia de madera y un considerable número de cuerdas – el estándar actual es de 21 cuerdas.

 Aunque estas características se asemejan a otros instrumentos como las arpas, su rasgo distintivo más importante es la presencia de puentes móviles (筝码) – denominados tradicionalmente como pilares de ganso (雁柱). Estos elementos, ausentes en las cítaras y arpas convencionales, aportan tensión a las cuerdas para ser tocadas al aire – es decir, sin ser apretadas contra el cuerpo.


Fig. 1. Actuación del autor tocando el Guzheng[2].

Además, la forma usual de tocar en la actualidad requiere del uso de plectros o uñas falsas (假指甲), que dan a las melodías el timbre limpio e inconfundible de este instrumento – es frecuente describir la música de Guzheng como el movimiento del agua, como si se tratara de una cascada. De hecho, la denominación de Zheng (筝) proviene precisamente de la onomatopeya asociada a ese sonido, semejante incluso a un tintineo metálico (铮铮)[3].


En perfecta armonía


A pesar de estas marcadas señas de identidad, tras un breve vistazo al cuerpo del instrumento – con cabeza (筝头) y cola (筝尾), entre otros –, las semejanzas estructurales con el Guqin son indiscutibles. Esto no es casual, ya que ambos tienen un origen común.

La tradición considera al Guqin como el primer instrumento cordófono de la civilización China, cuya invención se atribuye al soberano mitológico Fuxi (伏羲). No obstante, las leyendas cuentan que bajo su propio mandato aparecieron las primeras cítaras chinas – su antigüedad equiparable ha sido confirmada por los registros arqueológicos y las referencias bibliográficas de la época[4].

Lo más probable es que, en aquellos tiempos remotos, se implementaran modificaciones de forma gradual a la estructura primigenia del Guqin, – experimentando con el número de cuerdas o introduciendo variaciones en la forma –, hasta llegar al prototipo de cítara original, conocido como Se (瑟).


Fig. 2. Cítara Se (瑟) encontrada en el yacimiento de Mawangdui (马王堆) de Changsha (长沙) – dinastía Han del Oeste (西汉206 a.C. – 24 d.C.)[5].

Ignorando pequeñas diferencias estilísticas en la forma de la caja de resonancia, el Se puede considerarse una versión previa del Guzheng, con un registro similar, pero con un tamaño aún mayor – se cree que llegó a contar con cincuenta cuerdas. En cualquier caso, el origen del Guzheng se remonta a la época de los estados combatientes (战国475-221 a.C.), en el estado de Qin (秦国). Aunque existen varias versiones diferentes, todas las leyendas coinciden en que el Guzheng se originó a través de un incidente (en la mayoría, una disputa entre dos personas) con un Se que acabó partido por la mitad[6].

En vista de su origen ancestral común, no es de extrañar que el destino del Guqin y el Guzheng haya estado entrelazado a lo largo de los siglos. Ambos se utilizaban conjuntamente en los rituales chamánicos para conectar con la naturaleza y los ancestros – etimológicamente, el carácter Se (瑟) representaba justamente uno de aquellos rituales. En homenaje a esta unión complementaria de ambos instrumentos hoy sigue existiendo en mandarín la expresión《琴瑟和鸣》, utilizada para describir la armonía complementaria de las parejas amorosas.


Fig. 3. Diferentes versiones del carácter Se (瑟), en estilo sello (篆书)[7].

La flor del ciruelo resiste la gélida nieve


Con el apogeo de la doctrina confuciana, surgió entre la clase alta erudita la necesidad de establecer normas y protocolos que delimitaran el canon de lo que sería considerado refinado, elegante y civilizado. Bajo esta concepción, la música apropiada sería aquella que estuviera al servicio de la moralidad y promoviera el desarrollo de las virtudes confucianas.

El Guqin, por su sonido grave y calmado, era el candidato idóneo para constituir aquel referente musical civilizado. En cambio, por su naturaleza diametralmente opuesta, el Guzheng pasó a ser considerado por los eruditos un instrumento chabacano e inapropiado, de modo que fue despojado de su estatus previo y pasó a ser asociado con las clases humildes. Tal fue el nivel de fanatismo confuciano que incluso llegaron a evitar deliberadamente dejar cualquier registro escrito que hiciera alusión a ese instrumento[6] – mediante otras fuentes, es conocido este hecho.

Estas medidas de desprestigio del Guzheng tuvieron un impacto irreversible en su desarrollo, pero en lugar de perjudicarlo como se pretendía, consiguieron potenciar aún más su gran versatilidad y capacidad de adaptación frente al cambio.

En la dinastía Han (汉朝206 a.C. -221), el Guzheng gozaba de una popularidad sin precedentes entre la población de todos los estratos sociales, y era extensivamente utilizado en la música regional y folklórica – su trasmisión era exclusivamente por tradición oral, de maestro a discípulo. Por su parte, quizás favorecida por la tradicional oposición a los protocolos confucianos del Taoísmo – sincretizado con el recién llegado Budismo desde India –, el sonido de este instrumento cautivó a la nobleza y fue reinstaurado como un elemento clave de la música cortesana recreacional (no ritual)[8]. Además de las interpretaciones como solista, se incorporó a pequeñas agrupaciones de cuerda y viento destinadas a acompañar a la danza y el canto (相和歌, 相和大曲).


Fig. 4. Estatuillas de una agrupación cortesana de la dinastía Han (汉朝206 a.C. -221)[5].

Poco a poco, la imagen del Guzheng fue asociándose a la belleza estética y los sentimientos, aunque manteniendo siempre su conexión con la música popular – sin el aspecto sobrio y solemne del Guqin. Con el paso del tiempo, hubo algunos literatos que reconocieron el valor artístico de su música y destacaron la posibilidad de utilizarlo como herramienta de cultivo personal – se cree que incluso llegó a ser introducido las propias orquestas confucianas[6].


Más allá del Reino del Centro


En las prósperas dinastías Sui, Tang y Song (隋唐宋朝581-1279), el arte del Guzheng alcanzó uno de sus puntos más elevados. La música cortesana recreacional evolucionó hacia agrupaciones profesionales para banquetes aristocráticos (宴乐). Paralelamente, la música folklórica popular comenzó a explorar el acompañamiento musical del Guzheng con fines narrativos a través de un nuevo género de operetas (说唱), que posteriormente acabarían originando las diferentes variantes regionales de la ópera tradicional china[6].

A consecuencia de la espontaneidad y el carácter innovador de este instrumento, se fue experimentando con los materiales y diseño del instrumento, así como con las técnicas interpretativas, para hacerlo más adecuado a las variaciones musicales regionales.

La fusión cultural con minorías étnicas locales, así como la influencia de los dialectos y las costumbres regionales impulsaron la proliferación de tendencias bien definidas en la ejecución técnica, que acabarían consolidando en dinastías posteriores los diferentes estilos o escuelas de Guzheng. Actualmente se reconocen cinco grandes estilos[3], agrupados geográficamente como estilos del Norte – Shandong (山东), Henan (河南), Zhejiang (浙江)– y del Sur – Chaozhou (潮州), Hakka (客家).

En pleno apogeo de la época imperial china, llegaron a convivir prototipos con diverso número de cuerdas, aunque los más extendidos eran de doce y trece cuerdas – para la música popular y la cortesana, respectivamente.

También se llegaron a inventar algunos instrumentos que tomaban al Guzheng como punto de partida, pero con técnicas interpretativas más exóticas. Ese es el caso del Zhu (筑), que utiliza una vara de bambú para percutir las cuerdas, o el Yazheng (轧筝), que frota las cuerdas con un arco de crin de caballo.


Fig. 5. Reconstrucción e interpretación, de izquierda a derecha, del Guzheng (古筝), Zhu (筑), Se (瑟) y Yazheng (轧筝)[9].

Con la expansión cultural del imperio, la popularidad y versatilidad del Guzheng traspasó fronteras y llegó a arraigarse profundamente en las culturas de las naciones colindantes – es un hecho que los países de Asia oriental cuentan con cítaras tradicionales de diseño similar. A continuación doy algunos ejemplos de adaptaciones del Guzheng en culturas de influencia sinítica[6].

En el norte, tocados con los dedos desnudos y contando entre 12 y 21 cuerdas, se desarrollaron cítaras como la Yatga (ятга, ᠶᠠᠲᠤᠭ᠎ᠠ) de Mongolia o el Jetigen (жетіген) de Kazajistán, mientras que en el sur, con 16 cuerdas y madera de bambú, apareció el Ðàn tranh (彈箏) de Vietnam.

En la península de Korea, se importó y adaptó el Yazheng bajo el nombre de Ajaeng (아쟁, 牙箏). En cambio, tomando como inspiración el diseño del Guzheng de la dinastía Han, inventaron una variante local denominada Gayageum (가야금, 伽倻琴), que tuvo una evolución paralela muy prominente.

Queda por mencionar una de las adaptaciones del Guzheng más importantes por su gran impacto musical en su propia cultura, el Koto (箏) de Japón – se le considera su instrumento nacional. Basado en el Guzheng de 13 cuerdas de la dinastía Tang, el Koto fue una adaptación directa en pleno periodo Nara (710-784), en el que la corte nipona trataba de emular las costumbres y tradiciones de China. A medida que fueron arraigándose las nuevas tendencias culturales en el país, el Koto experimentó una serie de pequeñas adaptaciones para optimizarlo a las preferencias musicales autóctonas (afinación, plectros cuadrados, variación de técnicas).


Fig. 6. Mujeres japonesas tocando el Koto (箏)[10].

El instrumento del pueblo


A partir de la dinastía Ming (明朝1368-1644), el esplendor del Guzheng fue desgastándose lentamente con el declive de la música cortesana. Su función en la sociedad quedó relegada principalmente a la música folklórica narrativa (散曲,杂剧), en pequeñas agrupaciones con otros instrumentos de cuerda tradicionales. A pesar de desarrollarse en las áreas rurales de toda China, esta etapa sentó las bases estilísticas y el repertorio elemental para las composiciones de Guzheng – se estableció la estructura Baban (八板) en la composición musical.

El siglo XX se caracterizó por sus grandes cambios políticos y sociales. Al finalizar el sistema feudal, la ideología revolucionaria dominante pretendía modernizar el país a todos los niveles tomando como modelo al mundo occidental. Por supuesto, la música no fue una excepción[6].

Siguiendo el concepto confuciano de utilizar el arte con fines didácticos, se impulsó un nuevo género de música patriótica revolucionaria (国乐) con influencias occidentales – escala diatónica, armonías clásicas, música sinfónica. Para ello, los instrumentos tradicionales debían ser revisionados para adaptarse a los nuevos tiempos, con medidas destinadas a aumentar el volumen, facilitar el uso de la escala cromática o la estandarización tonal con referencia en A = 440 Hz.

A diferencia del infame Guqin por su simbología aristocrática, el Guzheng fue considerado un instrumento que siempre había estado al servicio del pueblo. Después del Gran Salto Adelante, se fundaron las primeras fábricas para la producción industrial de instrumentos musicales, por lo que el Guzheng pasó a ser accesible a toda la población.

En este periodo, especialmente localizado en las fábricas de la región de Manchuria, se llevó a cabo una búsqueda intensiva para optimizar la estructura del Guzheng, con propuestas y diseños experimentales de toda clase. Entre ellos cabe mencionar los llamativos prototipos de Guzheng con pedales para ajustar la tensión de las cuerdas, o el “Guzheng mariposa” (unión de dos Guzheng) para acceder a la escala cromática occidental de forma directa.

Tras múltiples diseños experimentales, se adoptó como estándar el Guzheng de 21 cuerdas (para cubrir cuatro octavas) inspirado en los diseños de la dinastía Tang y en el Koto japonés.


Fig. 7. Modelos experimentales de Guzheng mariposa (arriba) o Guzheng con pedales (abajo) [8].

Las recién creadas instituciones musicales, con el apoyo del Partido Comunista de

China, estandarizaron el repertorio y los materiales para el estudio de Guzheng, así como las técnicas, y partituras a emplear – se pasó de la original notación Gongche (工尺) a la notación numérica Jianpu (简谱) para los instrumentos chinos tradicionales.

En la actualidad, el Guzheng es probablemente uno de los instrumentos chinos más conocidos a nivel internacional. Su naturaleza versátil y estética ha cautivado a personas de toda época, clase social o procedencia – hoy en día se estiman unos veinte millones de intérpretes en todo el mundo.

Ya sea como solista, acompañamiento, o parte de la música orquestal, este instrumento aporta un toque único que combina un espíritu fresco e innovador, junto con la tradición y sus profundas raíces culturales que se remontan milenios atrás.

 

 

Referencias


[1] D. Félix González (2023): “La Senda de la Música China: El Guqin (古琴)”. Revista Mundo Global, No. Octubre. Cátedra China – Sección Claustro Júnior.

[2] De creación propia por el autor.

[3] 袁莎(2016): “古筝教程. 入门、一至三级”. 中央音乐学院出版社. ISBN: 978-7-81096-408-1.

[4] 付丽娜(2015): “论古瑟对琴、筝乐器发展之影响”. 武汉音乐学院, 430060. DOI: 10.3969/j.issn.1003-7721.2014.04.012

[5] G. Todd (2010): “Changsha: Mawangdui Tombs” [Álbum]. Mawangdui Han Tombs, Changsha, Hunan.

[6] H. R. Gaywood (1996): “Guqin and Guzheng: the historical and contemporary development of two Chinese musical instruments”. Durham Theses, Durham University.

[7] 方鸣 (2011): “中国书法大字典”. 中国华侨出版社 . ISBN: 978-7-5113-2079-7.

[8] M. Han (2013): “The Emergence of the Chinese Zheng: Traditional Context, Contemporary Evolution and Cultural Identity”. Doctoral Thesis, University of British Columbia.

[9] 中国古乐器复原 (2022): “古箏, 古瑟, 筑&轧筝”. Youtube. https://youtu.be/FMPodJxcTuc?si=5gsAF2Mw2s2iFjnY

[10] New York Public Library: “Women playing the koto. 1900s Japan”. CCO 1.0 Dedication.  

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