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EL PROBLEMA DE LOS TRES CUERPOS, EL AS EN LA MANGA DE CHINA

Por Miguel Domínguez García de Blas

Publicado el 22/03/2024





Cixin Liu, maestro en la literatura de ciencia ficción y primer escritor oriental en recibir el prestigioso Premio Hugo, es uno de los autores del momento.  No es para menos, pues acaba de estrenarse la adaptación a la pequeña pantalla de la que, quizá, sea su obra más conocida, El Problema de los Tres Cuerpos.

No obstante, aunque su popularidad esté en pleno auge, lo cierto es que su nombre lleva bastante tiempo sonando entre los círculos de lectores empedernidos. Yo tengo suerte de estar en uno de esos círculos, y recuerdo perfectamente cuándo se le mencionó por primera vez. Ya hará de eso cuatro años, y sonrío cada vez que se me viene a la mente ese momento. “No he leído nunca ninguna novela china”, pensé entonces, “¿Por qué no les doy una oportunidad?” Y menos mal que lo hice, porque ahora puedo decir que pocas historias me han atrapado tanto como la que plantea la trilogía en la que se basa la serie que ha desembarcado en Netflix este 21 de marzo.

El pekinés, con su narrativa inteligente, llena de intriga y una imaginería fascinante, supo mantenerme en tensión, expectante por ver cómo concluía la trama. Pero ¿qué trama? ¿De qué va El Problema de los Tres Cuerpos?

Bueno, por respeto a todos aquellos afortunados que quieren sumergirse por primera vez en el universo de Liu, me limitaré a decir que todo comienza con una serie de suicidios, que serán investigados por una extraña pareja. A pesar de las dificultades que se les plantean a los protagonistas, la investigación irá dando frutos y así, poco a poco, se termina por desenmarañar un caso que combina con sumo acierto la geopolítica con la historia...y donde habrá alguna sorpresa entre medias, claro.

Espero haber sido lo suficientemente ambiguo para no revelar demasiado, pero lo suficientemente concreto para llamar la atención. Si no ha sido así, por favor, confíen y den el paso. Merece la pena.

Ahora bien, más allá del interés que pueda despertar o no mi intento autocensurado de sinopsis, lo cierto es que las obras de Cixin Liu son un éxito de crítica y público. Esto, que puede parecer algo trivial, no lo es en absoluto, ya que está sirviendo a muchos para adentrarse de lleno en la literatura china y empaparse de manera más o menos directa de su cultura, su historia y/o su mitología.

Es aquí donde entra en juego el poder blando o soft power, término que acuñó en los años noventa el geopolítico estadounidense Joseph Nye (1937-) en Bound to lead: The Changing Nature of American Power (1990). Él lo define como: “cuando un país consigue que otros países quieran lo que él quiere, se le puede llamar poder cooptativo o blando en contraste con el poder duro o de mando de ordenar a otros que hagan lo que él quiere”. [1]

Tiempo después, ya en 2004, lo aplicó al campo de las relaciones internacionales: “Cuando los países hacen ver su poder como legítimo ante los ojos de los demás, encuentran menos resistencia en la consecución de sus deseos. Si la cultura y la ideología de un país son atractivas, habrá más países deseando seguirlo. Si un país puede dar forma a reglas internacionales de manera consistente con sus intereses y valores, será más probable que sus acciones parezcan legítimas ante los ojos de los otros. Si un país se apoya en instituciones y sigue reglas que invitan a otros países a canalizar o limitar sus acciones de la manera en que prefiere, no necesitará invertir tanto en garrotes y zanahorias”.[2] Es decir, que, en cierta medida, el buen uso del soft power se puede traducir en un mayor alcance del poder duro en forma de, por ejemplo, acuerdos comerciales o legitimidad al momento de realizar intervenciones militares.

Teniendo en cuenta lo expuesto en el párrafo anterior, no es descabellado decir que estos libros se han convertido en una poderosa herramienta para China, de quien se sabe que hace tiempo que pretende que todos la amemos de una forma u otra. Así lo dejó claro Xi Jinping en 2021, durante la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino: “Es necesario hacer amigos, unirnos y ganarnos a la mayoría, y ampliar constantemente el círculo de amigos cuando se trata de la opinión pública internacional”.[3] 

En este sentido, las recientemente celebradas “dos sesiones” sean, tal vez, un ejemplo más actual, pues uno de los temas principales a tratar fue, precisamente, la conservación y difusión de su cultura por el planeta. De hecho, si están interesados en profundizar sobre el asunto, les remito al artículo que Pedro Barragán ha escrito al respecto para el número de este mes de nuestra revista, Mundo Global.

Los chinos siempre se han caracterizado por ser prácticos y saber cómo aprovechar las oportunidades que se les presentan. Con Cixin Liu han encontrado una punta de lanza para promover su cultura en el extranjero, y no duden en que esto solo es el principio. Más pronto que tarde, las estanterías de las librerías de todo el globo estarán repletas de novelas de autores del gigante asiático, y las plataformas de streaming tendrán en su parrilla producciones de alto presupuesto que abordarán la temática china de diferentes formas. 


Referencias

[1] Nye, Joseph S., “Soft Power.” Foreign Policy, no. 80 (1990): 153–171. https://doi.org/10.2307/1148580.

[2] Nye, Joseph S, Soft Power: The Means to Success in World Politics, Estados Unidos: PublicAffairs, 2004, pp. 10-11.

[3] Stephen, McDonell. "Xi Jinping calls for more 'loveable' image for China in bid to make friends". BBC Home - Breaking News, World News, US News, Sports, Business, Innovation, Climate, Culture, Travel, Video & Audio, 2 de junio de 2021. https://www.bbc.com/news/world-asia-china-57327177.

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