"LA EVOLUCIÓN DE LA URBANIZACIÓN EN CHINA FRENTE A LA EMERGENCIA CLIMÁTICA: DE LAS CIUDADES BLING-BLING A LAS CIUDADES ESPONJA"

Por María José Masnou

Publicado el 22/06/2024

Ayer, tuve el honor de impartir una conferencia en el Centro Cultural de China en Madrid titulada "La Evolución de la Urbanización en China Frente a la Emergencia Climática: De las Ciudades Bling-Bling a las Ciudades Esponja". En ella, compartí mis experiencias personales y profesionales en China, y abordé los cambios significativos en el urbanismo chino, impulsados por la creciente conciencia ambiental y la urgencia de enfrentar la emergencia climática. Esta conferencia subrayó la transición crítica del desarrollo urbano espectacular y mediático hacia un enfoque más sostenible y resiliente, orientado a mitigar los efectos del cambio climático.

Mi primer viaje y trabajo de investigación en Hangzhou marcó el inicio de mi fascinación por la rápida evolución urbana de China. Recuerdo un viaje en tren que duraba 3 horas, ahora reducido a 1.30h gracias a la alta velocidad. La estación intermodal del Este de Hangzhou, con su diseño innovador, simboliza una tendencia hacia la modernización acelerada. Cuatro años después, los cambios en la ciudad eran evidentes y reflejaban la rapidez del desarrollo urbano chino.

Desde el periodo Post-Reformista iniciado en 1979, China ha experimentado una urbanización vertiginosa para compensar déficits en infraestructuras, vivienda y servicios públicos. Las ciudades, previamente controladas bajo el sistema de ‘hukou’, se convirtieron en motores de desarrollo económico y atracción de capital humano. La promulgación del ‘Acta de Planificación de la Ciudad’ en 1990 y la creación de Zonas Económicas Especiales facilitaron una expansión urbana sin precedentes.

China ha seguido dos vías paralelas: la creación de skylines icónicos y mediáticos, y el desarrollo de grandes planes de zonificación funcional. Esta expansión, sin embargo, ha llevado al consumo excesivo de suelo rural y la construcción de ciudades fantasma, reflejando un crecimiento muchas veces insostenible.

El crecimiento rápido y a veces descoordinado ha provocado problemas como la falta de accesibilidad, infraestructuras adecuadas y la existencia de proyectos mediáticos que superan la capacidad financiera de las ciudades. La dependencia de la subasta de suelo para financiamiento ha creado una complicidad entre el poder político y económico, influyendo en las decisiones urbanísticas.

El desarrollo económico ha deteriorado la salud ambiental y los ecosistemas. China enfrenta problemas hídricos severos, agravados por el cambio climático que intensifica eventos como tifones, inundaciones y sequías. La necesidad de un urbanismo resiliente que contemple soluciones para estos desafíos es urgente.

La Construcción de una Civilización Ecológica

China, históricamente una civilización hidráulica, ha enfrentado desastres naturales como las gravísimas inundaciones de la las provincias del centro del país en el verano del 1931. Recientes eventos, como el tifón Doksuri en 2023 y su impacto en Pekín, resaltan la vulnerabilidad actual y la necesidad de una mejor gestión del agua.

El compromiso de China con la sostenibilidad se ha formalizado en el Catorceavo Plan Quinquenal y la promesa de Xi Jinping de alcanzar cero emisiones de carbono para 2060, así como un pico de emisiones para el 2030 marcan un cambio hacia un desarrollo más cualitativo y ecológico. Estas directrices están en la misma línea de la Agenda 2030 de la Conferencia del Clima de París (2015) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La concepción del paisaje en China se diferencia profundamente de la occidental, enraizada en los principios del Feng Shui y una conexión íntima con la naturaleza. Esta visión ha sido descrita por J. Maderuelo, quien argumenta que el territorio se convierte en paisaje a través de la cultura y el arte. Agustin Berque (2008) detalla la existencia de un pensamiento paisajero único en China, definido por siete conceptos: literatura oral o escrita, jardines de recreo, arquitectura diseñada, pintura de entorno, reflexión explícita del paisaje, el paisaje como sujeto de narración, y diversas palabras específicas para describirlo. El concepto de ‘shanshui’, que engloba la idea de paisaje, se originó durante el banquete de Lanting, destacando una perspectiva estética y cultural particular hacia la naturaleza.

Frente a los desafíos climáticos actuales, las soluciones se centran en tres palabras clave: adaptación, mitigación y resiliencia. El urbanismo paisajista y la arquitectura del paisaje emergen como disciplinas cruciales. Estas incluyen conceptos modernos como infraestructuras urbanas verdes y servicios ecosistémicos, siendo pionero en esta área el estudio Turenscape, liderado por Kongjian Yu. Formado en Harvard, Kongjian Yu es un referente en el diseño paisajista en China, y creador del concepto de ‘ciudad esponja’ y de proyectos de gran poesía.

Los proyectos de gran escala permiten probar soluciones ambiciosas y se plantean como infraestructuras verdes urbanas. Los espacios verdes en las ciudades chinas están profundamente relacionados con las oportunidades de crecimiento urbano. La regeneración de áreas industriales obsoletas, como el antiguo aeropuerto civil de Shanghái y parques como Houtan Park, ejemplifica esta tendencia. Además, estos proyectos a menudo están vinculados a grandes equipamientos metropolitanos, aumentando su impacto y relevancia.

Uno de los principales retos es la gestión del agua. Las propuestas de diseño se enfocan en gestionar el ciclo del agua desde su captación, almacenamiento, purificación, recuperación y reciclaje. Se diseñan superficies permeables para la captación y una red eficiente de recogida y distribución. La recuperación de los ecosistemas naturales se logra mediante la introducción de flora y fauna autóctonas, que mejoran la biodiversidad.

El reciclaje de materiales es otra estrategia clave. Se reutilizan elementos existentes como pavimentos de hormigón y objetos metálicos, además de utilizar materiales reciclables con ciclos de vida controlables. Finalmente, estos proyectos también buscan proporcionar servicios eco-sociales, mejorando la calidad de vida de las comunidades locales y promoviendo una integración armónica entre el entorno construido y natural.

En resumen, la urbanización en China está en una fase de transición crucial, moviéndose de un enfoque espectacular hacia uno que prioriza la sostenibilidad y la resiliencia frente a la emergencia climática.